Los Aymaras.
Los Aymaras son un grupo de gente indígena que viven en el altiplano de los Andes en América del Sur. La mayoría de la gente viven en las proximadades del lago Titicaca en el Perú y Bolivia y también en partes del norte de Chile. Su cultura es muy antigua, entonces tiene mucha tradición y es muy única. Hoy, hay varios grupos de Aymaras que viven en las mismas tierras de sus antecesores, las áreas rurales del altiplano. Algunos son agricultores y ganaderos y viven en comunidades pequeñas donde trabajan juntas para apoyar a la comunidad. Entonces, pueden mantener varios aspectos de su cultura antigua, como el arte, la música, la comida, y la religión. Sin embargo, han habido muchas influencias extranjeras en la cultura Aymara que han tenido un gran efecto en la sociedad de hoy. Por eso, los Aymaras se llaman la cultura antigua y moderna de los Andes.
pueblo nomade de la pampa y altiplano nortino, eran ganaderos y recolectores
Destacan entre ellos los valles de Lluta, Azapa y Codpa, que se
caracterizan por poseer cursos de agua más o menos permanentes, presentando
distintos microclimas en la gradiente altitudinal.
Así, un ocupante de
esos territorios podía tener rebaños de llamas y alpacas pastando en el
altiplano sobre los 4.000 metros; sembrar en terrenos entre los 4.000 y
3.500 metros; maíz, habas, papas y otras especies en tierras ubicadas entre los
2.500 y los 3.000 metros; algodón y ají en las tierras más bajas y, por último,
tener acceso a los recursos marinos en la costa, todo ello sin salir de un
mismo valle.
Esto originó que,
desde muy temprano, los grupos aymaras que habitaban en el altiplano -mucho más
escasos en recursos- empezaran a ocupar y a explotar estos espacios.
Recientemente se ha
sugerido que los aymaras se impusieron sobre la población local, dominándola.
Lo cierto es que actualmente, los únicos habitantes indígenas de estos
territorios son efectivamente aymaras.
Estos eran
fundamentalmente ganaderos y agricultores. A la llegada de los españoles, sus
rebaños de llamas y alpacas se contaban por miles de cabezas en el altiplano.
Habían logrado desarrollar refinados sistemas de conservación de alimentos.
Hacia esa altiplanicie convergían caravanas de llamas cargadas de pescado seco,
algas, algodón, ají y otras especies, enviadas por los colonos residentes en
los valles costeros.
Los grandes señoríos
del altiplano estaban divididos en mitades, cada una de ellas
enviaba su propia gente a los valles de Arica.
Aquí los valles ya no alcanzan a llegar a la costa,
desapareciendo en la pampa de Tamarugal o en el desierto que, en esa zona,
llega prácticamente hasta la precordillera de los Andes. Los
estudiosos suponen que los habitantes de estas quebradas hablaban aymara. No
está claro, sin embargo, si se trataba de un grupo local autónomo o eran
también parte de un señorío del altiplano, como los pacajes o carangas.
Es posible que el
nombre de Tarapacá no sea propiamente el del grupo étnico lo poco que sabemos
de ellos es que probablemente formaban una unidad que incluía, al menos, a las
poblaciones asentadas en las quebradas de Tarapacá, Pica y Guatacondo. Es posible que en ese territorio hubiesen tenido que compartir el acceso a algunos
recursos con otros grupos procedentes del altiplano, como los Lípes, o del río
Loa, como los Atacamas.
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